LA ESENCIA DE LA CIENCIA

La química detrás del amor: ¿Cómo funcionan el corazón y el cerebro cuando nos enamoramos?

Sí, existe una química detrás del amor y hay dos órganos que están estrechamente ligados: el corazón y el cerebro. Al enamorarnos, el ritmo cardíaco aumenta, mientras que los pensamientos se dedican, en su mayoría, a la persona elegida. ¿Es verdad que nos enamoramos con el corazón? ¿Y qué papel juega el cerebro en todo este proceso? ¿Y el estómago?

¿Cómo es la química del amor?

Existe la creencia de que el amor nace en el corazón y que, además, involucra al estómago con las famosas “mariposas en el estómago”. ¿Y si te contáramos que lo de las mariposas es, en realidad, algo del cerebro? Y es que la ciencia ha descubierto que existe una fuerte conexión entre el cerebro y el estómago y que esos nervios (llamados, erróneamente, mariposas), son producidos en nuestro órgano pensante. Está claro que el cerebro es un gran partícipe en esto de la química detrás del amor, pero, ¿Cómo se relacionan el corazón y el cerebro durante el enamoramiento?

Las hormonas juegan un papel clave en la química detrás del amor

En este sentido, no podemos dejar de lado la idea del amor romántico, descrito por los expertos como una de las experiencias humanas más intensas que una persona pueda sentir. De hecho, se dice que el amor romántico es mucho más fuerte que el impulso y el deseo sexual. Además, se cree que el amor romántico es algo increíblemente adictivo y, según la ciencia, es verdad.

Los efectos del amor en el cerebro

¿Nos enamoramos por los ojos? ¿Por el olfato? ¿El corazón? ¿O el cerebro? Todas las respuestas son correctas y aquí entra en juego, como ya dijimos, la química del amor. Y es que el enamoramiento es algo que acarrea grandes beneficios para la salud, pues, según recientes investigaciones, el amor y los estados emocionales positivos asociados a este, acarrean grandes beneficios para la salud cardiovascular. Sin ir más lejos, contribuyen a reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca.

Pero lo de la química del amor no es nada nuevo, pues desde los comienzos de la historia de la humanidad, han corrido ríos de tinta al respecto: canciones, poemas, novelas, etcétera. Sin embargo, el amor, como objeto de estudio de la ciencia, es algo relativamente moderno. Hace ya unas cuentas décadas que se investiga la química del amor y si los sentimientos de afecto tienen o no un sustrato bioquímico; un sustrato que, en pocas palabras, podría explicar los efectos del enamoramiento en el cerebro.

Sabemos ya que las hormonas y los neurotransmisores son los responsables, en gran medida, de despertar sentimientos por otra persona. Precisamente, durante las primeras etapas del amor, las hormonas y los neurotransmisores son capaces de inducir a estados de euforia, así como sensación de bienestar. Estas sensaciones se asocian a la liberación de dopamina en el cerebro.

La química del amor o el procesamiento del mismo, involucra a distintos circuitos cerebrales de motivación y recompensa. Los circuitos están mediados no solo por la dopamina, sino también por la serotonina. Cuando estos circuitos se activan, aparece la euforia, se piensa más en la otra persona, surge el deseo, aumenta la energía, etcétera.

La euforia, una sensación asociada al enamoramiento

Ya hemos mencionado que la dopamina regula la motivación y la euforia, ¿Y qué hace la serotonina? En este caso, es la responsable de mejorar el estado de ánimo, promover la tranquilidad y la concentración. Por eso, a la hora de estar con la persona elegida, el cuerpo entra en estado de relajación. Es importante destacar que, según muchos expertos, algunos de los aspectos conductuales del enamoramiento son muy parecidos al consumo de drogas como la cocaína.

El amor se siente en el corazón, aunque viene del cerebro

¿Por qué? Porque aparece un estado de euforia con gran energía. Cuando se está eufórico, a causa del enamoramiento, el sueño disminuye, al igual que el apetito. Esto, como ya mencionamos, ocurre también al ingerir ciertas sustancias nocivas para la salud. La cocaína y algunos fármacos ocasionan un aumento de dopamina en los circuitos nerviosos. Por eso se dice que el amor es una droga.

Además de la adicción ocasionada por el enamoramiento, cuando la serotonina aumenta, ocurre el procesamiento de las emociones y el aumento del deseo sexual. Los altos niveles de esta hormona producen sensación de bienestar y satisfacción. Por último, no podemos pasar por alto a la oxitocina, una hormona regulada por el hipotálamo y que, durante el enamoramiento, eleva sus niveles, aportando sensación de tranquilidad y paz. Precisamente, es la oxitocina la responsable de generar un vínculo fuerte con la otra persona.

La química del amor: ¿Qué ocurre con el corazón?

La gran mayoría de las personas piensa que el amor se siente en el corazón, aunque el sentimiento nace y se desarrolla gracias a las hormonas liberadas por el cerebro. ¿Y por qué se dice que se siente en el corazón? Porque la emoción se siente justo en el medio del pecho, pero también porque la oxitocina afecta, de forma positiva, al corazón.

De hecho, abrazar no solo a la persona de la que se está enamorada, sino a un ser querido, es capaz de aumentar los niveles de oxitocina. Esto tiene efectos positivos para la salud, pues disminuye la presión arterial y también el ritmo cardíaco. Cuando ocurre algo negativo en la pareja y ante la disminución de los niveles de esta hormona, se experimenta la sensación de corazón roto.

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