Cuando hablamos de la llegada del hombre a la Luna, lo más habitual es que salgan a reducir nombres como Neil Armstrong o Buzz Aldrin, los astronautas que dieron los primeros pasos en la superficie lunar. Sin embargo, detrás de este logro histórico hubo un grupo de mujeres extraordinarias cuyas contribuciones fueron fundamentales para el éxito del programa espacial. ¡Te contamos su papel en este gran paso para la humanidad!
Las mujeres y la llegada del hombre a la Luna
La historia de la llegada del hombre a la Luna es muy conocida. Fue uno de los acontecimientos más trascendentes para la humanidad. Esto ocurrió el 20 de julio de 1969, durante la misión Apolo 11 de la NASA. El primero en pisar la superficie lunar fue Neil Armstrong, seguido por Buzz Aldrin. Sin embargo, esta misión, probablemente no hubiese sido posible sin la participación de un grupo de mujeres. A pesar de trabajar en segundo plano, su inteligencia, determinación y habilidades técnicas fueron clave para que la humanidad alcanzara uno de sus mayores hitos.
Katherine Johnson: Precisión matemática
Una de las mujeres más conocidas por su papel en la carrera espacial es Katherine Johnson, una brillante matemática afroamericana que trabajó para la NASA. Johnson jugó un papel clave para realizar los cálculos orbitales necesarios para las misiones espaciales, incluyendo Apolo 11. Su capacidad para resolver problemas complejos y realizar cálculos con increíble precisión, permitió que las misiones tripuladas fueran seguras y exitosas.
Cabe destacar que ella fue una de las primeras mujeres afroamericanas en trabajar como científica para la NASA. Superó barreras raciales y de género.
Margaret Hamilton: Pionera de software
Margaret Hamilton fue la ingeniera de software responsable del código que permitió al módulo lunar Apolo 11 aterrizar de manera segura. Hamilton era directora del equipo de ingeniería de software del Laboratorio de Instrumentación del MIT y jugó un papel crucial en el desarrollo del software de guía y control que se utilizó en las misiones Apolo.
Durante el aterrizaje del Apolo 11, saltaron una serie de alarmas inesperadas en el ordenador del módulo lunar. Gracias al software diseñado por Hamilton y su equipo, el ordenador pudo priorizar las tareas más importantes; por lo tanto, el aterrizaje se llevó a cabo sin incidencias. Básicamente, el trabajo de Hamilton fue fundamental para la seguridad y éxito de la misión.
Mary Jackson: Ingeniera aeroespacial de la NASA
Mary Jackson ostenta el título de ser la primera ingeniera aeroespacial afroamericana de la NASA. Y también desempeñó una labor esencial para la llegada del hombre a la luna. Su trabajo consistía en mejorar las condiciones de los túneles de viento que se empleaban en las pruebas de las aeronaves. Gracias a esta labor, pudo optimizar el rendimiento de los cohetes y aeronaves, cosa que contribuyó, de forma directa, al éxito de las misiones espaciales tripuladas.
JoAnn Morgan: Control de la llegada del hombre a la Luna
El día del lanzamiento del Apolo 11, JoAnn Morgan fue la única mujer presente en la sala de control de la misión en el Centro Espacial Kennedy. Morgan desempeñaba el trabajo de ingeniera de sistemas de medición y, de hecho, fue una de las primeras mujeres en ocupar un puesto técnico de alto nivel en la NASA. Morgan consiguió romper las barreras de género en un entorno donde los hombres eran los que mandaban.
La presencia de Morgan en la sala de control, además de ser simbólica, fue fundamental para el éxito de la llegada del hombre a la Luna. JoAnn se encargó, ese día, de supervisar los sistemas de comunicación y monitoreo, garantizando que todo funcionara sin contratiempos durante el lanzamiento del Apolo 11.
Poppy Northcutt: Sala de control de misiones
Frances Northcutt, más conocida como Poppy, fue la primera mujer que trabajó en la sala de control de misiones durante el programa Apolo. Poppy tenía una labor titánica, pues era la ingeniera responsable de hacer los cálculos necesarios para garantizar el retorno seguro de los astronautas. Al principio, Northcutt se enfrentó al escepticismo ocasionado por su género, pero demostró ser una profesional más que cualificada.
De hecho, durante la misión Apolo 13 (1970), la nave sufrió un fallo crítico y los cálculos de Poppy fueron clave para diseñar un plan de emergencia para que los astronautas pudieran volver a la Tierra.