Si eres un fanático de la ciencia ficción, el espacio y las series, estamos seguros de que estás familiarizado con “El problema de los tres cuerpos”. Se trata de una serie estrenada este 2024, en Netflix, adaptación de la novela homónima del escritor chino Cixin Liu. Pero, curiosamente, se trata de un paradigma que, en términos de astrofísica, existe. ¡Te contamos todo lo que necesitas saber!
El problema de los tres cuerpos para la ciencia
Si eres un fanático de las series del espacio, la ciencia en general y la ciencia ficción, entonces ya has oído hablar de “El problema de los tres cuerpos”, una serie de Netflix de los creadores de la aclamada “Juego de tronos”. En esta serie que, si no has visto, te recomendamos que corras a hacerlo, se mezclan la ciencia ficción, los videojuegos, la realidad virtual, el totalitarismo, la China revolucionaria, los científicos más prolíficos del mundo, conspiraciones gubernamentales, pero, sobre todo, física.
La trilogía escrita por el prolífico Cixin Liu se llama “El problema de los tres cuerpos”. ¿Y por qué se llama así? No vamos a hacerte spoilers, simplemente contarte que la trama va de una civilización extraterrestre que intenta predecir los movimientos de una estrella para definir los períodos de estabilidad de su mundo. Para ello, hacen uso de un videojuego de realidad virtual y, cuando hay un fallo en los cálculos de los jugadores, el planeta en cuestión y sus habitantes, son destruidos.
Pero, ¿Y si te dijésemos que se trata de algo real? En sí, el famoso problema de los tres cuerpos no es nada descabellado. Científicos como Isaac Newton y Henri Poincaré se enfrentaron a él en su momento. Según este paradigma, nos encontramos ante una situación planetaria hipotética, capaz de llevar a la astrofísica hasta los límites.
La ciencia detrás de la ciencia ficción
Al universo todavía le queda mucho por revelarnos, pero hoy en día, gracias a los avances de la ciencia, se han podido descubrir muchos principios fundamentales. Esto, entre otras cosas, ha hecho posible que se establezcan leyes que rigen a los cuerpos. Por lo tanto, los expertos en la materia pueden calcular o predecir el comportamiento de dos cuerpos en el espacio.
Precisamente, gracias a científicos como Newton y Kepler, sus conceptos y leyes, se sabe que los planetas siguen una órbita elíptica. Aplicando algunas ecuaciones, se puede determinar su posición con respecto de un punto del universo, ya sea en el pasado o en el futuro.
Por ejemplo, si en el universo solo existiesen la Tierra y la Luna, totalmente aisladas del cosmos, los astrónomos podrían predecir los movimientos de estas, incluso si se modificaran algunos de sus valores como el tamaño o la distancia entre los cuerpos. Pero es importante destacar que, en el universo, las conexiones gravitacionales no se limitan únicamente a dos cuerpos celestes.
El sistema Próxima Centauri, por ejemplo, alberga estrellas binarias con planetas orbitando, mientras que el sistema solar implica a ocho cuerpos celestes (planetas) y a una estrella (el sol). La cuestión es que, en teoría, todos estos cuerpos se mueven, a priori, de una forma más o menos armónica. Sin embargo, si hubiese variaciones en las características de estos cuerpos (tamaño, distancia, etcétera), se desencadenaría el caos. Algo que, en otras palabras, se conoce como efecto mariposa.
En el universo, cuando un sistema tiene tres cuerpos, se dan condiciones complejas y que suponen una gran cantidad de variables, que pueden estudiarse por separado. Sin embargo, no pueden predecirse en conjunto. Si un cuerpo, que posee una masa considerable, entra a un sistema equilibrado, como podría ser el sistema solar, la situación se vuelve caótica y el comportamiento de los cuerpos no puede predecirse siguiendo las tradicionales ecuaciones. En astrofísica, a esto se le conoce como el problema de los tres cuerpos.
Las aplicaciones del problema de los tres cuerpos
Hasta 2024, la ciencia solo ha sido capaz de encontrar a 5.573 planetas que no forman parte del sistema solar y que se considera una cifra insignificante si tenemos en cuenta el número de estrellas presentes en la Vía Láctea. Es importante destacar que es prácticamente imposible encontrar exoplanetas en el universo si no se determina su posición presente y futura. Sin embargo, si se encuentra a una estrella con un exoplaneta y si se tienen estimaciones sobre su velocidad y masa, entonces los astrónomos pueden crear un modelo virtual del modelo en cuestión.
Pero, si estos planetas y estrellas no se comportan según las leyes de la gravitación universal, es muy probable que nos encontremos con otro cuerpo que aún no se ha reconocido. ¿Y dónde aparecerá ese tercer cuerpo? ¿En qué momento? Es labor de los astrofísicos hacerlo.
El problema de los tres cuerpos también puede encontrarse en los viajes espaciales. Para viajar al espacio, deben hacerse cálculos específicos para determinar la trayectoria u órbita que debe seguir una nave espacial. Las misiones que siguen estas naves incluyen rodear a la Tierra y a otros planetas, contando con los satélites naturales. Es importantísimo ser muy preciso en estos casos. Los avances de la ciencia y los ordenadores han permitido establecer rutas en el espacio, pero no son precisas.