Hay cosas en el universo que todavía desconocemos, y la materia oscura es uno de los misterios que más ha cautivado a los científicos durante décadas.

Tras varios años de investigación del espacio exterior, los astrofísicos pudieron identificar los dos grandes elementos que conforman la mayor parte del universo: la materia oscura y energía oscura.

Aunque no podamos observarla directamente, su presencia se deduce a través de diversas observaciones astronómicas.

Ya sabes lo mucho que nos gustan los enigmas del universo en La Esencia de la Ciencia. Por eso, en este artículo queremos hablarte de por qué esta materia es tan crucial para nuestra compresión del cosmos.

¿Qué es la materia oscura?

La materia oscura es una forma de materia que no interactúa directamente con la luz o cualquier otra forma de radiación electromagnética. Esto hace que sea invisible y difícil de detectar. Sabemos que existe por las varias pistas que nos dan la astrofísica y cosmología.

De hecho, sabemos que la mayoría está concentrada en los agujeros negros primordiales creados en los primeros instantes después del Big Bang. Su integración habría creado las primeras galaxias.

¿Cómo se sabe la existencia de la materia oscura?

Aunque no podamos observarla directamente, su presencia se puede deducir a través de observaciones astronómicas. Los primeros indicios de la existencia de esta materia surgió en la década de 1930, cuando el astrónomo Fritz Zwicky estudió las velocidades de las galaxias en un cúmulo galáctico y encontró que había más masa presente de la que se podía ver.

También se puede evidenciar la existencia de esta materia gracias a las lentes gravitacionales. Este fenómeno ocurre cuando la luz de una fuente distante se curva debido a la gravedad de una masa intermedia, actuando como lupa cósmica. Al estudiar estas lentes, los astrónomos han encontrado evidencia de grandes cantidades de masa invisible que distorsionan la luz, lo que sugiere la presencia de materia oscura.

Además, las observaciones de la radiación cósmica de fondo, el resplandor fósil del Big Bang, también respaldan la existencia de esta materia. Las fluctuaciones en la radiación cósmica de fondo proporcionan información sobre la distribución de la materia en el universo primitivo. Los modelos basados en la materia visible no pueden explicar completamente estas fluctuaciones, lo que sugiere que debe haber una forma adicional de materia.

Dado su papel fundamental en la comprensión del universo, los científicos han emprendido numerosas investigaciones para desentrañar el misterio de la materia oscura. Estas investigaciones se basan en la detección de partículas de materia oscura y en la observación astronómica más detallada monitoreando galaxias, cúmulos de galácticos y otras estructuras cósmicas en busca de señales indirectas de la materia oscura.

También se están llevando a cabo simulaciones computacionales y estudios teóricos para comprender mejor las propiedades y comportamientos de la materia oscura. Estos enfoques son cruciales para predecir cómo la materia oscura debería comportarse en diferentes escalas y, por lo tanto, ayudan a guiar las observaciones experimentales.

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